A veces el descubrimiento de un nuevo cántaro, no siempre se produce como resultado de una larga búsqueda y ardua investigación en una localidad donde existía un centro alfarero, sino que a veces los cántaros se encuentran en localidades colindantes o bien en pueblos donde el alfarero llevaba su producción para su venta, bien personalmente, mediante arrieros o compradores particulares que lo compraban en un pueblo y lo llevaban a otro.
En otras ocasiones podemos obtener cántaros a través de comerciantes intermediarios, que a veces no pueden informarnos de su lugar de compra acertadamente o bien nos dan una referencia errónea, ya que no siempre el lugar de compra indica el lugar donde se fabricó el cántaro, puesto que los cántaros han sido muy viajeros.
También podemos obtenerlos procedentes de otra colección, pero de igual forma, no siempre han sido bien etiquetados y muchas veces su procedencia es otra o es desconocida, por lo que si no se procede a la revisión de la pieza se pueden ir arrastrando antiguos errores.
Cuando encontramos un nuevo cántaro, lo primero y principal es identificar su centro de procedencia y a ser posible que alfarero lo fabricó.
La primera inquietud de todo estudioso de la alfarería o coleccionista de cántaros, es llegar a conocer la procedencia exacta de una pieza, pero a veces esto conlleva una larga y concienzuda labor de investigación.
Desgraciadamente ya quedan pocos alfareros, parientes cercanos o vecinos de cierta edad en muchas localidades, que en el pasado fueron alfareras, que nos puedan ayudar a identificarlos, por lo que hay que acudir a documentos, bibliografía, etc. Esta información en algunas zonas, a veces, es muy escasa o inexistente por lo que hay que consultar a estudiosos más experimentados, a ser posible especializados en este tipo de pieza alfarera o en una zona concreta, pero esto no garantiza siempre el éxito y no se puede llegar a identificar el cántaro más allá de una aproximación a la zona y a veces ni siquiera se consigue eso. Pero desgraciadamente otras veces esto tampoco es garantía de certeza absoluta porque ¡todos cometemos errores!
Uno de los servicios que damos desde el Museo del Cántaro, es ayudar a identificar cantaros que nos hacen llegar estudiosos o coleccionistas; bien sea a través de las piezas expuesta en las estanterías del museo, siendo este uno de los objetivos de la colección, o por comentarios dentro de nuestros modestos conocimientos, pero a veces incluso cántaros de nuestra propia colección no somos capaces de encontrar el centro alfarero donde fueron torneados.
Por este motivo comenzamos esta nueva sección “IDENTIFICACION” en nuestra web, para intentar que entre todos los que consultáis estas páginas podamos aportar luz a alguno de los cántaros que se encuentran sin determinar el centro de procedencia en nuestra colección y que a pesar de los esfuerzos realizados no conseguimos localizar.
Iremos publicando periódicamente fotos de cántaros sin identificar de nuestra colección o alguno que nos haya llegado a través de alguna consulta y os pedimos que si es posible aportéis, razonada y documentadamente, alguna aproximación de su lugar de procedencia.
Agradeceros de antemano vuestra ayuda, que nos podeis hacer llegar a través del libro de visitas en la página del museo o directamente a mi correo gabrielcalvo.museodelcantaro@gmail.com .