Estimados amigos amantes de la alfarería.
Hace ya algún tiempo que por motivos personales al tener que dedicar toda mi atención a otros menesteres de la vida, dejé de escribir reseñas sobre los nuevos cántaros que íbamos incorporando a la colección del museo, que como todos sabéis está abierta para que todos los estudiosos, amantes, aficionados o curiosos de la alfarería y cultura del cántaro, pudierais consultar física y bibliográficamente libremente.
Agradezco las palabras de ánimo y apoyo que muchos de vosotros me habéis dedicado e insistido para que retomara la labor.
No por ello en este tiempo hemos dejado de seguir rebuscando, investigando, identificando e intentando echar una mano a todo aquel que nos ha solicitado la información sobre algún cántaro.
Ahora un poco más libre de obligaciones en esta vida ajetreada que hoy nos arrastra a todos con prisas y tareas autoimpuestas en la mayoría de las ocasiones, es mi intención continuar con la publicación en la página web del Museo del Cántaro, con las reseñas de las piezas que componen la colección.
Retomaremos la labor por la última pieza incorporada este año e iremos yendo hacia atrás en las incorporaciones o añadiendo las que vayamos consiguiendo en la difícil labor de investigación, intercambios e identificación del día a día, aunque como puede darse el caso también intercalaremos alguna reseña de algún cántaro que por algún interés especial, alguno de vosotros esté interesado en conocer y nos lo solicite, como ha sido la reseña de este primer cántaro de Trujillo de la nueva etapa.
Así que como dijo Fray Luis de León, “como decíamos ayer”
Gabriel Calvo Fernández
Museo del Cántaro Valoria la Buena