Es uno de los aparatos mecánicos más antiguos conocidos por el hombre. Puede que comenzara a utilizarse en Mesopotámia a mediados del cuarto milenio antes de cristo.
En principio no era más que una plataforma giratoria, que servia para soportar la vasija que se torneaba haciendo girar dicha plataforma.
Hacia el año 300 a.C. ya debía ser un pesado disco que podía girar sobre un pivote. En ambos sistemas las plataformas se giraban a mano; más tarde se les proveyó de unas muescas a las que se insertaban unos palos para facilitar el impulso.
Aparece en la Península Ibérica durante el siglo VI ó VII, siendo patente su existencia de una manera especial en las culturas Ibéricas que gracias a él desarrollan una rica y elegante tipología que constituyo sin duda lo más granado de la alfarería española del momento.
La posterior evolución de este primitivo instrumento mecánico ha dado lugar a dos tipos fundamentales de tornos, el de mano o rueda y el de pie.
DE MANO O RUEDA
También llamado “rueda de cruces” en la provincia de Zamora.
Se trabajaba en este tipo de torno en Moveros, Carbellino de Sayazo y Pereruela (Zamora), o Mota del Cuervo (Cuenca)
DE PIE
Integrado por dos estructuras:
- El torno propiamente dicho que es el conjunto capaz de girar sobre sí mismo.
- El armazón, sustentante del conjunto anterior.