Ya en nuestra era, recogen los autores: «Según informes, en el lugar de Galleta hubo población romana en una longitud de cuatro kilómetros desde la Barca de Valdezarza hasta la ermita de Onecha…» Haciendo mención a la aparición de restos diversos de edificación, cerámicas, monedas, e incluso abundantes lápidas de lo que más tarde, ya en la segunda mitad del pasado siglo fue identificado como un cementerio de época romana “entre el Molino de Galleta y el Camino Real (de San Martín a Tariego) en una longitud de alrededor de un kilómetro…”
En nuestros días podemos considerar prácticamente delimitada la población romana que habitó “Las Quintanas” allá por los siglos I y II; los frecuentes restos de materiales (piedra trabajada y algún resto de tégula (teja romana de gran superficie), molinos de grano manuales, cerámica pintada fabricada con torno, etc.) sirven para establecerlos. Aunque en nuestros días resulta de gran ayuda la interpretación de la fotografía aérea. Se trataría de una población estable quizá superior a los 1.000 habitantes, de economía fundamentalmente agrícola (como es habitual en toda la cuenca del Duero y el Pisuerga).
Lo que explica la ausencia de edificios públicos, de alguna manera complementada con las villas romanas ya citadas. El nombre del lugar nos sugiere un mercado o sitio de comercio, y nos recuerda otros en los que así mismo se han descubierto poblaciones prácticamente coetáneas con las nuestras.
Tal es el caso de la ciudad de Pintia, en Las Quintanas de Padilla de Duero. Tanto es así que siguiendo el paralelismo con Pintia, algunos arqueólogos actuales estiman la posibilidad de encontrarse ante la ciudad de Tela, que formando parte de la calzada 27 de Antonino, “Ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam”, atravesaría la región Vaccea. Situándose en el tramo comprendido entre Asturica Augusta (Astorga) y Rauda (Roa de Duero), entre Brigeco (Valderas) y Pintia (Padilla de Duero), a través de los bosques de Torozos.